Pontevedra ha sido reconocida en varias ocasiones cómo la mejor ciudad para vivir tanto de Europa como del mundo en varios concursos. Su zona vieja o que se haya reducido el tráfico hasta un 90% hace que sea ideal para vivir.
A pesar de ello, no todo va a ser perfecto. Tener un casco antiguo tan amplio hace que muchos vecinos tengan que compartir sus hogares con locales y bares de ocio nocturno, una situación que empieza a cansar a muchos de ellos.
Hartos del ruido
Hay varias zonas en las que durante las noches hay una gran concentración de jóvenes, y no tan jóvenes, que quieren disfrutar del ocio nocturno, como por ejemplo la Praza do Teucro, la Praza de Celso García Riega o la Praza de Méndez Nuñez, entre otras. Todas ellas comparten, además de locales, quejas de los vecinos.
Estos están hartos del ruido, que no les deja descansar por las noches, y a pesar de las decenas de denuncias que han tramitado y los avisos a la policía, “no se ha hecho nada al respecto”, apunta un vecino, también establece que “el ruido es cada vez más insoportable”.
Calles sucias
No solo los vecinos que viven en esas zonas muestran sus quejas, los comerciantes de la ciudad también se han agotado de ver como se levanta la ciudad los días que la gente sale por la noche, de jueves a domingo.
“No es la primera vez que llego a mi local y tengo que limpiar vómitos o lavar con agua las puertas por el fuerte olor a orina que hay”, expone la dueña de un local de la zona vieja.
Una denuncia que viene por gran parte de los ciudadanos es que la ciudad está muy sucia, con vasos de plástico por todos lados así como botellas de vidrio. Algo que provoca que los barrenderos no den a basto para limpiar todo.
Vandalismo
A todo esto se le suma el vandalismo que ocurre en la ciudad por las noches, estas navidades sin ir más lejos, se destrozó una bola de decoración navideña cerca de la Praza de Abastos, la primera noche que estaba instalada. También el robo del cartel del colegio Los Cerezos, una pieza única que llevaba en el centro más de tres décadas.
“Hay muy poco control policial por las noches, antes ponía macetas fuera de mi local, sin embargo, he tenido que quitarlas ya que la mayoría de veces acababan por el suelo”, establece otro de los dueños de un comercio.
Una vez más, a pesar de todas las denuncias interpuestas por los vecinos, desde el Ayuntamiento no se ha movido ni un dedo para hacer frente a una situación que cansa a los vecinos.
No se trata de cerrar por completo el ocio nocturno, sino concienciar a la gente de no estropear la imagen de su ciudad.
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