El reconocido fotógrafo sanxenxino Gerardo Torres se despidió de su querido municipio, donde durante toda su vida capturó imágenes de cientos de vecinos y vecinas. Durante varias décadas, ejerció la fotografía de manera profesional desde su estudio ubicado en el emblemático Paseo de Silgar.
Con su partida a los 87 años, después de enfrentarse a una enfermedad, Torres dejó consternado al ayuntamiento y a la amplia comunidad fotográfica con la que siempre colaboró estrechamente.
Coincidiendo con el aniversario de un año desde que recibió la Cámara de Oro, una distinción otorgada por la asociación Ollares de Portonovo, el propio Torres la recibió en la pasada edición del premio de manos del alcalde, Telmo Martín.
Gerardo Torres hijo, junto a su padre y hasta su jubilación, siguió con pasión la herencia técnica, artística y vocacional en el mismo estudio ubicado en uno de los edificios más antiguos del Paseo de Silgar.
Aunque ahora el edificio se ha convertido en pisos turísticos, sus paredes albergan el recuerdo de innumerables retratos que el fotógrafo histórico capturó incansablemente, día tras día, año tras año.
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